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La Importancia del buen uso del Tapabocas

Por: Eduardo Ramos Garbiras

Odontólogo - Magister Salud Pública

Al día de hoy, pudiéramos decir que los tapabocas, de acuerdo con algunos estudios, son las herramientas más importantes y efectivas, para enfrentar el nuevo coronavirus. Por estos días en todo el mundo, los tapabocas o mascarillas faciales se han convertido en una moda. Una nueva norma social nos rige para poder convivir en sociedad, y todos de una u otra manera nos hemos vuelto expertos en el uso y selección de estas mascarillas; incluso ya hasta damos recomendaciones de cómo utilizarla para que sea más cómoda, como lavarla y como darle un uso más adecuado para que no nos cause irritaciones y otros problemas en la piel.

Es importante recalcar que muchos no tenemos el conocimiento profundo de lo que es una buena utilización del tapabocas, y ni siquiera sabemos a ciencia cierta si el que estamos utilizando nos está dando todas las garantías de protección que la situación actual amerita.

Existen estudios, que nos muestran qué tipo de tapabocas son los recomendados para utilizar en escenarios clínicos como en la vida común. Incluso estudios que muestran los diferentes tipos de materiales, y su verdadera efectividad en la contención de la propagación del virus del Covid-19 específicamente.

Si bien es cierto que en la mayoría de los medios de comunicación y los expertos recomiendan el uso del tapabocas, muy poco hablan ellos sobre qué tipo de tela o material se debería utilizar en esta prenda para ofrecer una mejor protección. Algunos autores incluso no le dan mucha importancia a esto, basados en la premisa de que el solo uso de alguna pieza que sirva como tapabocas, tipo pañuelo, bufanda, etc. en un alto porcentaje logra el objetivo de contención de la diseminación del virus del COVID-19.

Ya algunos estudios han demostrado que sí logran la contención, pero también se escapan muchas gotículas que pueden alcanzar distancias de más de 1 metro y son un riesgo para la salud de las personas que nos rodean. El otro problema es que definir un tipo de material pudiera hacer encarecer ese producto, lo que desanimaría a la población que no pudiera acceder al material recomendado.


Otro inconveniente que se produce, es que la lógica humana lleva a pensar que las personas con más riesgo como los mayores de 60 años y los que tengan algún tipo de comorbilidad deberían de utilizar tapabocas de mejor calidad, como los muy nombrados N-95. Pero ello no significaría una gran ventaja, cuando al llegar a sus casas conviven con familiares que no utilizan ese mismo tipo de protección.

Los estudios muestran que la utilización del tapabocas disminuye en un altísimo porcentaje la posibilidad de infección por el nuevo coronavirus. De todas maneras es importante resaltar que ninguna mascarilla o tapabocas nos ofrece una garantía del 100% de protección, lo que nos invita a seguir otras medidas como el distanciamiento social, el frecuente lavado de manos, airear los espacios en donde estamos moviéndonos, etc. pero es claro que el uso del tapabocas disminuye en un gran porcentaje el riesgo de infectarnos con el coronavirus. Tenemos que tener conciencia de que al usar el tapabocas estamos haciendo también una acción de convivencia social al proteger a las personas que nos rodean, y a la vez nos estamos cuidando nosotros.

Y más que la moda, considero que en estos tiempos es importante que nos preocupemos por la efectividad en la contención del virus que nos puedan brindar nuestras máscaras faciales o tapabocas. En este caso las máscaras de telas simples o de una sola capa, los pañuelos y las bufandas no ofrecen una garantía para la protección efectiva contra el Covid-19.

Es importante recalcar que los tapabocas hechos a mano con tela de doble capa y acolchados, son muy buenos y tan buenos como los quirúrgicos -si quedan ajustados-, siendo de los mejores para evitar filtración de gérmenes. Los tapabocas de tela son accesibles, económicos y seguros, pero tienen el reto de ser utilizados de una manera correcta y durante todo el tiempo que exista interacción con otras personas.

Otra opción excelente para utilizar son las mascarillas quirúrgicas, con el inconveniente de que son elementos de un solo uso, y las mascarillas de cono aunque estas últimas en la mayoría de los casos tienen materiales plásticos que producen mucho calor y contaminación cuando hay que desecharlas.

En un artículo publicado en el Journal American Medical Association (JAMA), Robert Redfield, director de los Centros para el Control y Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), y colaboradores, aseguran que la pandemia podría controlarse durante las 4 u 8 semanas, “si se lograra que todas las personas utilizaran una máscara en este momento”. Él y su grupo de investigadores lograron demostrar una reducción en las infecciones intrahospitalarias después de qué se volvió obligatorio el uso del tapabocas dentro de las instalaciones para todo el personal sanitario. (2)

Un estudio reciente publicado en Physics of Fluids y realizado en Florida Atlantic University, comprobó que las gotas de aerosoles provenientes de un individuo, se escapaban por los espacios que deja el tapabocas de tela entre la nariz y la cara, hasta 6,3 centímetros hacia adelante, lo que demostraría que los tapabocas son efectivos en cuanto a protección con respecto a la tela, pero el riesgo está en el ajuste. (3)

Los tapabocas más efectivos que muestran los estudios son los N-95. Hay que advertir qué existen en el mercado muchos de estos elementos que son de dudosa procedencia, por lo cual es importante asegurarnos cuando los vamos a adquirir de qué sean confiables y originales. Son elementos incómodos en su utilización porque al ajustarlos, con las horas de uso se produce mucha irritación y úlceras en la piel. Es el material recomendado dentro de los ambientes clínicos y no es necesario o indispensable que los tengamos que utilizar en otros ambientes.

Otro tipo de tapabocas que es tan efectivo como el N-95, son los tapabocas elaborados con hilos de cobre. Los estudios de Wuhan sobre la supervivencia del virus en superficies nos muestran que sobre el cobre es donde menos vida tiene el coronavirus. Sería interesante estudios más profundos al respecto ya que por la actividad energética del cobre en su superficie, aparentemente genera acciones bactericidas, germicidas y virusidas eliminando las infecciones de una manera rápida. y efectiva.

La paradoja es que estamos esperando que sea un medicamento o una vacuna la que nos solucione ahora los problemas, cuando tenemos a mano y por una decisión personal una herramienta que es vital y que puede solucionar muchos de los problemas que estamos viviendo actualmente, y esa herramienta en la mascarilla facial o tapabocas. Deberíamos de preocuparnos por desarrollar campañas que permitan normalizar y masificar su uso. Tomemos conciencia de ello, hagámoslo de manera responsable por el respeto a nuestros semejantes, a nuestra familias y a nosotros mismos.


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